Pelaremos y cortaremos la fruta en cuadradaditos. En mi caso han sido estos (melocotón, plátano, ciruelas y arándanos) pero puedes usar los que más te gusten. Una sola observación es que sean bastante blandos para tener una buena sensación en la boca.

Disolveremos el agar-agar con el medio vaso de agua.

Cuando esté completamente disuelto, lo calentaremos en una olla a fuego medio mientras lo removeremos durante 2 minutos. No lo hacemos directamente con zumo de naranja para que no pierda propiedades cuando lo calientemos.

Sacamos la olla del fuego siguiendo removiendo y antes de que gelifique añadiremos el zumo de naranja. Continuaremos revolviendo hasta que todo esté integrado.

Vertiremos la mezcla en los moldes y sin esperar añadiremos las frutas teniendo en cuenta que la parte bonita será la parte inferior ya que daremos la vuelta.

Dejaremos que gelifique, lo pondremos en la nevera y lo serviremos fresquito.